El Río Ebro a su paso por Frías (Burgos) el pasado 27/02/2015 |
"Quiero hacer dos breves comentarios a
propósito de las calamitosas inundaciones producidas por el desbordamiento del
Ebro en las comunidades navarra, aragonesa y catalana.
Con perplejidad y tristeza hemos podido
leer en algunos comentarios en blogs y en redes sociales, procedentes de las
zonas del sureste que reciben el agua del trasvase Tajo-Segura, insólitas
expresiones ante tal desastre natural.
En tal sentido, se han manifestado
“opiniones” parecidas a una cierta
inconfesable satisfacción, casi próxima al morboso regocijo en algunos casos,
de que tal calamidad se haya producido, algo así como si tanta desgracia fuese
justo castigo (¡!) a la insolidaridad de esta cuenca, ahora dramáticamente
desbordada, en atender mediante el trasvase del Ebro las angustiosas carencias
de agua de levantinos, murcianos y almerienses.
En todas estas lamentables expresiones no
he visto ni una sola, ¡ni una!, que reconozca que ese ejercicio de
solidaridad le viene practicando desde
hace muchos años la cuenca del Tajo, al extremo de vernos expoliados de nuestro
principal recurso natural. Se nos ignora. Se nos desprecia. No existimos. Es
como si nuestro sacrificio, ya de puro antiguo y consumado, fuese cosa obligada por una terrible ley
secreta, no escrita, y que se admite
como inexorable. Lo obligado con semejante impostura no merece agradecimiento,
ni siquiera reconocimiento. Sólo somos merecedores, como los antiguos
esclavos, de desprecio e ignorancia."